No vamos a negar ni rumores ni versiones. Es verdad: Monica y yo estamos muy cerca.
89. Hermann XI
Pero cuando llegó, Sivori, a Hermann, el martes pasado casi no pudo abrir la puerta. Era la una menos cuarto del mediodía y diluviaba. Él no no se había mojado mucho porque sólo debió caminar unos cien metros al amparo en general de marquesinas y para evitar la inundación de la esquina de Armenia y Santa Fe fue hasta la mitad de cuadra por Armenia. El restaurante, salvo un hombre que comía en un apartado, estaba vacío y a él, Manolo Barral, el dueño, le indicó que se sentara en la única mesa con ventana sobre Santa Fe.
Quienes lo ocupaban todo eran un equipo del suplemento Ollas y Sartenes del diario Clarín que sale los miércoles: un fotógrafo, un iluminador, un asistente y dos cronistas. Trabajaban para una sección en la contratapa de ese suplemento que se llama El elegido de la semana o más o menos eso. Se habían hecho preparar algunos platos para fotografiarlos además de las vistas generales y particulares del salón: riñoncitos al vino blanco, hígado a la veneciana, revuelto Gramajo... Todo eso, pensó, Sivori, para una nota que con suerte tendría media página en la contratapa del suplemento y estaría ilustrada con una o dos fotos.
Pero no fue esto lo que más le interesó sino observar, pensando en su propia película, de qué manera ocupaba el local un pequeño equipo y se le ocurrió que él no necesitaría mucho más que eso: una cámara, luces, sonido, Florencia Dillon, María Lanús -que se mostraba cada día más apta- y él mismo. Se sintió reconfortado. Y pidió unos ravioles a la manteca.
88. París: el tren que no frenó
Montparnasse, octubre de 1895
“The Gare Montparnasse became famous
for the derailment on 22 October 1895 of the Granville–Paris Express, which
overran the buffer stop. The engine careered across the station concourse,
crashed through a thick wall, shot across a terrace and smashed out of the
station, plummeting onto the Place de Rennes. Two of the 131 passengers
sustained injuries, along with the fireman and two conductors. A woman on the
street below was killed by falling masonry. A conductor was given a 25-franc
fine and the engine driver a 50-franc fine.”
86. Hermann X
La reunión se hace en la casa de Sivori. Todos tienen ya sus lugares favoritos. Él se sienta en un sillón tapizado en tela que es el de la izquierda. Florencia Dillon se acomoda en el sillón igual al de Sivori que está a la derecha. María Lanús se desparrama en el Miller del que sólo vemos por ahora la banqueta para apoyar las piernas. Sivori quiere avanzar sobre las ideas básicas de Hermann, el documental que se le ha puesto ahora en la cabeza que quiere hacer: tres o cuatro personajes que cuenten historias a cámara fija de la esquina de Santa Fe y Armenia, del restaurante y de los alrededores inmediatos. La cuestión de la cámara fija le ha seguido dando vueltas en la cabeza desde que por fin fracasó el proyecto de hacer La Pasión, una película sobre Evita en tres capítulos y realizó en cambio un documental sobre los bosques de Palermo y la Plaza Sicilia.
No entiendo por qué estás emperrado en hacer una película así que en principio no tiene un núcleo dramático, no tiene tensión, y no tiene... ¡nada!, dice Florencia indisimulablemente ofuscada. Y María Lanús sonríe, apenas, como quien sabe de qué sonríe pero sólo para sus adentros.
Si me dejaras seguir adelante a lo mejor irías entendiendo qué quiero hacer. Hoy se trata de capturar las historias por las que circulamos todos los días sin saberlo. Lo demás ya no tiene interés.
¿Cómo se llamaba la película sobre Evita?, quiere saber María Lanús. O a lo mejor hace esta pregunta para distraerlos, para sacarlos del punto oscuro de una discusión que ella intuye que ya no tiene sentido.
*
Anexo
María Lanús, desparramada en su sillón -en este caso un Miller auténtico-, ahora no dice nada. Toma notas en una tablet, mira a Sivori, mira a Florencia, y a veces sonríe -ya sabemos- sin que se sepa muy bien por qué ni de qué. Es alta y tan atractiva que sería imposible describirla de modo que no se hará, no habrá descripción de María Lanús, la novia de Florencia. Pero sí se podría deslizar que hoy Sivori sabe que Daniel Levin, el tipo que se le apareció en Hermann hace un tiempo, era el novio de María antes de que ella se fuera a Europa a grabar una serie de comerciales para Armani y que la mujer que apareció primero, que lo llamó por teléfono, a Sivori, y le dio una cita para que se reunieran en Hermann y no llegó nunca, fue la mina con la que se enganchó María Lanús apenas volvió de Europa y nunca más volvió a llamar a Daniel Levin. Pero por alguna razón que a todos se nos escapa los ex amantes de María sólo habían encontrado una pista para rastrearla: ella había asistido a un seminario sobre cine europeo que Sivori había dado el año anterior. Y no podían saber que en ese momento ella estaba enamorada de Florencia Dillon y se había refugiado en su casa, un departamento frente a la Plaza República de Chile.
*
Anexo
Como al pasar, ya casi sobre el final de la reunión, Sivori le pregunta a Florencia en qué quedó la cuestión de la rescisión del contrato por los derechos de La invención de Morel de Bioy Casares para filmar una película. Ella le dice que terminó todo en buenos términos y él sabe que ella le miente. Nada terminó. Seguro, cree Sivori, y lo más probable es que Florencia haya terminado pagando la totalidad del precio del libro que fijaron los herederos y se haya quedado con los derechos. Pero esto Florencia no se lo dirá y en el caso de que él lo sugiriese ella, por supuesto, lo negaría. De modo que mientras se para, se despereza y mira los pinos por la ventana, o antes de hacerlo, justo antes, no puede dejar de ver, puesto que está a la vista, debajo de la pollera corta, la bombacha blanca de María en la unión de sus muslos cruzados, la bombacha blanca de María Lanús marcándole la vulva. Y entonces se pregunta, Sivori, si ella sabe o no sabe que él está mirando sus muslos, si la exposición es deliberada o casual.
85. La Martona (Otra ciudad)
Lechería La Martona. Esta empresa que vendía
productos propios derivados de la estancia San Martín (7.000 hectárteas), en
Cañuelas, tenía locales similares en distintos barrios de la Capital y del Gran
Buenos Aires. Fue fundada por Vicente Casares en 1889 y entre sus descendientes
se contó el escritor Adolfo Bioy Casares.
"Hoy llegó el Dulce de Leche" dicen un par de carteles.
(Foto: 1908).
"Hoy llegó el Dulce de Leche" dicen un par de carteles.
(Foto: 1908).
84. Belleza americana
Las medidas ideales de la mujer estadounidense. 1.80 mts de altura y 86-65-95. Estas proporciones conducían a la corona de Miss America (1926).
82. Batman & Robin 1943
Batman fue creado por Bob Kane en 1939. Cuatro años después el personaje dio lugar a una serie de 15 capítulos producida por Columbia Pictures.
“”Batman” (1943) is a 15-chapter serial by Columbia Pictures. Batman and Robin struggle against Dr. Daka, a Japanese scientist and agent of Hirohito who has invented a device that turns people into pseudo-zombies, and has a base in a Funhouse of horrors, in a Japanese area of the city. Daka makes several attempts to defeat the Dynamic Duo before finally falling to his death when Robin hits the wrong switch, opening a trapdoor to a pit of crocodiles.
“No attempt
was made to create a bona fide Batmobile, so a black Cadillac was used by Bruce Wayne and Dick
Grayson, as well as Batman and Robin.
“It has been
decribed as “one of the most ludicrous serials ever made”"
81. El exorcismo
Imposición de manos y oración.
Esto sucedió ayer, 20 de mayo, en la Plaza de San Pedro. Es decir, esto sucedió ayer en la vida real.
Créase o no, lo que parece indudable es que Francisco es el papa que necesitaba hoy la iglesia católica. Y va para santo.
PD. Esta cuenta adhiere fielmente al agnosticismo.
80. Hermann IX
De todas maneras el anticipo por los derechos del libro todavía no se pagó, así que habrá que negociar pero vamos a perder poco y nada, dice Sivori, y Florencia Dillon se sulfata: ¿Poco y nada? Vamos a perder la reserva del libro y nunca más vas a tener un libro tan bueno como ese para hacer una película. No es para tanto -intenta, Sivori, quitarle énfasis a la discusión-, mirá lo que pasa casi siempre con los buenos libros: se hacen malas películas. Mirá Luhrmann. Lo tenía todo a favor. Presupuesto ilimitado, lo tenía a Di Caprio, lo tenía a Maguire... Sí, dice Florencia, y la tenía a Carey Mulligan que es la nada. El papel de Daisy en una producción así era para Keira Knightley... No estamos hablando de eso, Sivori. No estamos hablando de Hollywood. Estamos hablando de La invención de Morel.
*
Anexo
Para sus adentros, sin embargo, debería reconocer, Sivori, que la decisión de cancelar el proyecto es inconsistente, o que se basa en argumentos inconsistentes. Pero no está dispuesto a hacerlo, ni para sus adentros ni para reconocérselo a Florencia, y menos para decir que lo que quiere hacer, en realidad, en lugar del libro de Adolfo Bioy Casares, es un documental que se llame "Hermann" y que sean tres entrevistas a cámara fija.
Es algo que se le viene armando en la cabeza en las últimas semanas a partir de la historia del restaurante y de la esquina de Santa Fe y Armenia. Primero pensó que era una curiosidad personal. Después, poco a poco, se acomodaron otras ideas alrededor de la curiosidad y volvió a una de sus obsesiones como realizador desde hace un par de años: filmar a cámara fija, un documental, o una especie de documental pero a partir de hechos reales: inventar incluso una historia pero una historia en base a hechos reales. Sin embargo no se atrevió, hasta hoy, hasta este mediodía de un miércoles, a comentárselo a Florencia porque sabía, porque sabe, que Florencia ama ese libro, que Florencia se sabe de memoria ese libro, La invención de Morel, y que Florencia ha trabajado horas y horas, incluso sin dormir, en todo aquello que tiene que ver con la producción de la película y que Sivori le delega. Tanto que ameritaría, en el final o en el principio, uno de esos agradecimientos que formalmente dicen, por ejemplo, A Florencia Dillon sin cuyo sostén esta película no hubiera sido posible.
79. Apostillas VIII
*
La realidad no tiene nada que ver con eso que llamamos realidad.
*
Los discursos realistas están en la ficción y en los sueños.
*
Se escriba sobre lo que se escriba siempre se escribe sobre lo mismo.
*
Hay que saber escribir para que nadie te lea. O dicho de otra manera: hay que escribir sin esperar que alguien te lea.
*
Escribir es la construcción de uno mismo.
*
En cualquier caso, y por paradójico que parezca, escribir es constituyente.
*
Pero hoy ya no hay saberes. Sólo información, datos, estadísticas, antecedentes y edición.
*
Los discursos realistas están en la ficción y en los sueños.
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Se escriba sobre lo que se escriba siempre se escribe sobre lo mismo.
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Hay que saber escribir para que nadie te lea. O dicho de otra manera: hay que escribir sin esperar que alguien te lea.
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Escribir es la construcción de uno mismo.
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En cualquier caso, y por paradójico que parezca, escribir es constituyente.
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Pero hoy ya no hay saberes. Sólo información, datos, estadísticas, antecedentes y edición.
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Internet es todo.
http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=6752572155566704490#editor/target=post;postID=6671272244902127235;onPublishedMenu=overview;onClosedMenu=overview;postNum=77;src=link
*
La creación de Internet es una réplica de la creación del universo.
*
Ya no necesitamos a dios para saber dónde diablos estamos.
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http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=6752572155566704490#editor/target=post;postID=6671272244902127235;onPublishedMenu=overview;onClosedMenu=overview;postNum=77;src=link
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La creación de Internet es una réplica de la creación del universo.
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Ya no necesitamos a dios para saber dónde diablos estamos.
*
Internet es el inconsciente, es la asociación, es un lenguaje y es lo psicótico.
*
Sólo le falta, a Internet, una mejor traducción automática para que sea verdad que no hay fronteras, que no hay secretos, que no hay nada que no esté, inútilmente, a nuestro alcance.
*
Por eso, hoy, es más edificante fracasar.
*
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Sólo le falta, a Internet, una mejor traducción automática para que sea verdad que no hay fronteras, que no hay secretos, que no hay nada que no esté, inútilmente, a nuestro alcance.
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Por eso, hoy, es más edificante fracasar.
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78. El corazón de una mujer
By D. W. Kellogg (1807-1874)
‘According to this map, Love is at the center of a woman’s heart, and Sentimentality and Sentiment (including Good Sense, Discrimination, Hope, Enthusiasm, and Platonic Affection) take up a sizeable portion of the entire territory. This region of Sentiment and Sentimentality is separated from the larger, treacherous areas of a woman’s heart: Selfishness and Coquetry pose dangers, especially to gentleman travelers, and these attributes suggest that all women are basically untrustworthy. The largest regions, Love of Admiration, Love of Dress, and Love of Display, all suggest that women are also essentially shallow and frivolous. Although the image claims to have been drawn by “A Lady,” it is just as likely that it proceeded from the imagination of a man.'
77. Vidrieras (Otra ciudad)
Lo que el viento se llevó. En las vidrieras de Harrods se reconstruían
escenas de la película. Septiembre de 1939.
76. Lady Di & John Travolta
En 1985, cuatro años después de casada, Lady Di (24) baila con John Travolta (31) en una gala en la Casa Blanca (USA). Él ya había filmado Fiebre de sábado a la noche (1977) y filmaría Pulp Fiction (en la que baila con Uma Thurman) en 1994. Diana se divorció de Carlos de Gales en 1996 y fue asesinada en París en 1997.
Una decena de los vestidos más glamorosos que usó Diana Spencer durante su principado como esposa del Príncipe Carlos fueron subastados en Londres en un nuevo remate dedicado a los fetichistas de Lady Di.
Entre las piezas que salieron a la
venta estaba el famoso diseño de Victor Eldestein que Diana usó durante la
visita de sus majestades a la Casa Blanca. En aquella famosa cena Lady Di bailó
con John Travolta. Esa fue la figurita más buscada: un vestido confeccionado en
terciopelo negro, drapeado y con hombros caídos y que Diana lució con una
gargantilla de zafiro y perlas. Cuando Travolta recordó esa noche dijo que
Diana lo miro de una manera “tan, tan hermosa, que le pregunté si le importaría
bailar conmigo. Me contestó que le encantaría”.
75. La forma de la Tierra
Primera representación de la Tierra sin agua (1694)
“Map of the world, shown as if the oceans were dried up. Thomas Burnet was the first Englishman to attempt a scientific account of the origin of the earth. His treatise, Telluris Thoeoria Sacra, is a curious blend of geography and archaeology, which aroused considerable interest at the time. California is shown as an Island, but no Northwest passage, an unusual concession for an Englishman of this era.”
Representación actual de la Tierra sin agua en base a imágenes satelitales y a tecnologías digitales.
74. Hermann VIII
Pero no, al final no. Sivori, por fin, no quiere hacer La invención de Morel. Después de haber tomado la decisión se demora tres o cuatro días antes de contárselo a Florencia porque sabe que Florencia le dirá que está cada día más loco o más neurótico -depende del día que tenga Florencia- y que así no se puede trabajar seriamente con él. Pero pasa, le dirá él, que el cast no le gusta y que no le encuentra solución. Aparte de Julieta Cardinali para Faustine y Julio Chávez para el fugitivo las dudas se multiplican. Así como no hay lugar en la película de Sivori ni para Darín ni para Sbaraglia tampoco lo hay, recuerda, para Echarri, que es de madera, y sólo se le ocurre, con reservas, que el papel de Morel podría hacerlo Darío Grandinetti que trabajó con Almodóvar en "Hable con ella" y que se llenó la boca, Almodóvar, hablando de las cualidades y el modo de caminar en cámara de Grandinetti.
Entonces, ese miércoles al mediodía, más allá de las locaciones, Florencia se dedica a hablarle a Sivori de María Lanús, su novia, y del deseo de María Lanús de trabajar con ella, y con él, en la producción y el rodaje de La invención de Morel. Y aun cuando él casi no la escucha porque sigue dándole vueltas entre un remolino de pensamientos la pregunta sobre la posibilidad o no de Grandinetti de interpretar a Morel algo se le va instalando entre sus dudas, María Lanús, para ser concretos, la chica que llegó del frío cansada o aburrida de hacer publicidad, de ir y venir por medio mundo todo el tiempo, y que entonces tiene ganas -esas son las palabras de Florencia Dillon-, tiene ganas de probar en el cine sin más pretensiones que hacer una experiencia, trabajar como meritoria de producción con Florencia, tal como Florencia empezó a trabajar con Sivori hace tres o cuatro años.
Entonces, ese miércoles al mediodía, más allá de las locaciones, Florencia se dedica a hablarle a Sivori de María Lanús, su novia, y del deseo de María Lanús de trabajar con ella, y con él, en la producción y el rodaje de La invención de Morel. Y aun cuando él casi no la escucha porque sigue dándole vueltas entre un remolino de pensamientos la pregunta sobre la posibilidad o no de Grandinetti de interpretar a Morel algo se le va instalando entre sus dudas, María Lanús, para ser concretos, la chica que llegó del frío cansada o aburrida de hacer publicidad, de ir y venir por medio mundo todo el tiempo, y que entonces tiene ganas -esas son las palabras de Florencia Dillon-, tiene ganas de probar en el cine sin más pretensiones que hacer una experiencia, trabajar como meritoria de producción con Florencia, tal como Florencia empezó a trabajar con Sivori hace tres o cuatro años.
*
Anexo
Mientras tanto comen sus milanesas y a Sivori le da envidia todo el tiempo la milanesa a la napolitana que casi está terminando ya Florencia mientras él merodea, como si no estuviera buena, su milanesa de pollo que en rigor está sabrosa, seca, bien frita pero cuando se le pone una idea en la cabeza -tal como se dice- no hay quién se la saque, a Sivori, que ya empieza o ya está pensando en qué hará cuando dé por cerrado definitivamente el proyecto de rodar la película basada en el libro que Adolfo Bioy Casares publicó en 1940 cuando tenía 26 años.
73. Oficinas (Otra ciudad)
Inauguración de un edificio de oficinas de última generación en Buenos Aires, 1899. Patio descubierto con canteros y macetas en la planta baja, y primero y segundo pisos cubiertos con galerías. Las oficinas tienen persianas de madera con postigos y quizás había baños comunes en los extremos.
70. Vivir en el agua
Venecia, quizás sin solución y cada día con menos habitantes, va rumbo a convertirse sólo en un destino turístico o en una especie de parque temático monumental. La ciudad más hermosa del mundo tiene anclados sus atractivos en muchos puntos. Es una ciudad inventada de la nada hace 1600 años por pueblos que huían de las invasiones bárbaras. Son 118 islas unidas por 455 puentes y una política rigurosa de preservación del patrimonio histórico la mantiene tal cual desde hace por lo menos 500 años. Célebre por su arquitectura que reúne todos los estilos, incluída la construcción obligada y espontánea que tiene su principal expresión en el Ghetto, y por su pintura, Venecia es reconocida desde 1987 como Herencia Cultural de la Humanidad por la Unesco.
El vínculo, el romance de Venecia con el agua es legendario. En medio de una laguna en el Adriático y atravesada por innumerables canales el hecho de que sólo se pueda caminar por ella o trasladarse en vaporettos y góndolas la hace única. Venecia se hunde lentamente en el fondo pantanoso y hasta hoy no hay acuerdo sobre la manera de encarar un salvataje. Recibe como mínimo 15 millones de turistas por año pero su población ya era de apenas 60.000 habitantes en 2009 contra los 120.000 de la década del '60. Las vibraciones de los barcos que pasan por la laguna, la humedad que carcome casi todas las plantas bajas de los palacios, la basura, las ratas, las palomas y el exceso de turistas son sus grandes problemas. Tanto que el Acqua Alta (una marea que hace subir el agua pero que es pronosticable y a la que los venecianos están habituados) es casi un motivo más de atracción. La ciudad enamorada del agua vive en el agua y el agua, como en el amor, la castiga.
69. Suicidios en la Luna
Después de un año en órbita alrededor de la Luna las sondas de la NASA Ebb y Flow se estrellaron deliberadamente contra una montaña lunar el pasado 17 de diciembre de 2012. Las sondas gemelas elaboraron un mapa de alta resolución del campo gravitatorio de la Luna. Cumplida su misión filmaron videos y sacaron fotos con una cámara MoonKAM desde apenas 10 kilómetros de altura y cerca del cráter Jackson en el hemisferio Norte del lado oculto del satélite. Después se estrellaron. La Nasa admite que el final de las sondas gemelas de la misión Grail fue un suicidio asistido.
Anomalía de Torio de Compton-Belkovich (En el otro lado de la Luna)
68. Hermann VII
Es un miércoles al mediodía. Florencia Dillon, la hija de Dippy -que fue el productor de las películas de Sivori hasta que murió por una ingesta masiva de cocaína- pide una milanesa a la napolitana y un balón. Él pide una milanesa de pollo con una papa hervida, aceite de oliva y un imperial. Le da un poco de envidia no animarse nunca a pedir una milanesa a la napolitana. Florencia se echa para atrás un mechón de pelo negro que le cae sobre la cara y le dice, a Sivori, que las islas de Uruguay están descartadas por toda una serie de autorizaciones que habría que gestionar y que llevarían por lo menos seis meses. Benito, el mozo carrilero por el pasillo más cercano a la calle Armenia, les trae las tostadas, el aceite de oliva y las cervezas.
¿Y Julio Chávez?, dice de pronto Sivori.
Florencia se interrumpe en la mitad de lo que está diciendo y lo mira:
Pero si siempre dijiste que Julio Chávez es poco más que un concepto.
Sí, bueno, no sé, se me ocurrió de repente. Capaz que si me esfuerzo lo consigo y hace del fugitivo y no de Julio Chávez.
En principio, entonces, ya tendríamos a Julieta Cardinali para Faustine, a Chávez para el venezolano...
En la película no va a ser un venezolano.
Ya sé. Es una manera de decir. ¿Y para Morel?
Él sopa la miga de una tostada en un poco de aceite de oliva con sal. Hay muy poca gente y nadie, por suerte, que Sivori conozca. La noche anterior, que había ido a comer solo, estaba uno de esos escritores que son demasiado lindos, nunca se ríen, muy intelectuales y un toque femeninos aun cuando no quieran que se los vea femeninos. Hablaba, el escritor, como si estuviera enunciando una teoría incomprensible, con una víctima, o con alguien que no tenía más remedio que escucharlo, o con una presa.
Morel, repite Sivori... Morel... ¿Quién carajo podría hacer de Morel?
Florencia corta el primer bocado de su milanesa a la napolitana y sigue por su andarivel:
Así que volví a pensar en el Delta...
Él dice que no con la cabeza.
Y también pensé en...
Produce, Florencia, una pausa deliberada para que Sivori le preste más atención:
Pensé en Martín García.
Bueno, eso ya es otra cosa.
Y pensé también en por qué tiene que ser una isla y no una playa desierta de mar, ponele los médanos que hay entre Villa Gesell y Pinamar.
Sivori todavía no ha probado su milanesa de pollo. Tiene un trozo en la punta del tenedor y el tenedor en el aire.
Además, dice Florencia, María quiere trabajar conmigo.
¿María?
María, sí María.
María Lanús era la chica que hace algunas semanas buscaban una mujer primero y después un hombre a los que se les había ocurrido que para encontrarla debían hablar con Sivori porque ella había sido alumna suya en un seminario sobre cine europeo.
Ad honorem. Meritoria, dice Florencia, como empecé yo. Está harta de desfilar, de viajar, de toda esa vida, y le gustaría probar con el cine.
María Lanús es, hoy, la novia de Florencia Dillon. Pero él todavía no la conoce, no la vio nunca, y sólo sabe que es una modelo que recién vuelve de realizar una campaña para Armani en Moscú.
Una playa, dice Sivori, y se lleva el tenedor a la boca. Las ideas más simples son casi siempre las mejores.
Benito, el mozo, parado de espaldas a la barra, mirá el salón, otras mesas, los mira a ellos y sigue hojeando el Clarín. Manolo, el dueño, habla por teléfono: pide cerveza. La cerveza tirada de barril es uno de los pivotes de Hermann.
Florencia corta el primer bocado de su milanesa a la napolitana y sigue por su andarivel:
Así que volví a pensar en el Delta...
Él dice que no con la cabeza.
Y también pensé en...
Produce, Florencia, una pausa deliberada para que Sivori le preste más atención:
Pensé en Martín García.
Bueno, eso ya es otra cosa.
Y pensé también en por qué tiene que ser una isla y no una playa desierta de mar, ponele los médanos que hay entre Villa Gesell y Pinamar.
Sivori todavía no ha probado su milanesa de pollo. Tiene un trozo en la punta del tenedor y el tenedor en el aire.
Además, dice Florencia, María quiere trabajar conmigo.
¿María?
María, sí María.
María Lanús era la chica que hace algunas semanas buscaban una mujer primero y después un hombre a los que se les había ocurrido que para encontrarla debían hablar con Sivori porque ella había sido alumna suya en un seminario sobre cine europeo.
Ad honorem. Meritoria, dice Florencia, como empecé yo. Está harta de desfilar, de viajar, de toda esa vida, y le gustaría probar con el cine.
María Lanús es, hoy, la novia de Florencia Dillon. Pero él todavía no la conoce, no la vio nunca, y sólo sabe que es una modelo que recién vuelve de realizar una campaña para Armani en Moscú.
Una playa, dice Sivori, y se lleva el tenedor a la boca. Las ideas más simples son casi siempre las mejores.
Benito, el mozo, parado de espaldas a la barra, mirá el salón, otras mesas, los mira a ellos y sigue hojeando el Clarín. Manolo, el dueño, habla por teléfono: pide cerveza. La cerveza tirada de barril es uno de los pivotes de Hermann.
67. Colegio (Otra ciudad)
Desfile del Colegio María Auxiliadora conmemorando la obra de Don Bosco
(San Isidro, octubre de 1924)
66. Gatsby
Joseph Christian Leyendecker fue un gran ilustrador de la primera mitad del siglo XX. Durante muchos años trabajó para la revista Saturday Evening Post y a él se deben, además, las figuras popularizadas de Santa Claus, el nenito que representa el Año Nuevo y la imagen de los Reyes Magos. Esta ilustración es un aviso publicitario para Arrow Dress Shirts and Collars aparecido en 1929. La imagen está hoy en la tapa de la edición de Anagrama de la novela traducida por Justo Navarro.
¿Qué es lo que hace de "El gran Gastby" de Francis Scott Fitzgerald la excelente novela que es y no un pastiche vulgar y silvestre? ¿Qué la rescata de la obviedad y el melodrama? ¿Qué es lo que hace que episodios increíbles sacudan al lector con emociones verdaderas?
No hay una sola respuesta para todas estas cuestiones. Y aquí se esbozarán sólo algunas hipótesis. Para eso es necesario resumir en pocas líneas la trama:
A los 22 años Jay Gatsby, un hombre sin recursos alistado para participar en la Primera Guerra Mundial, se enamora de la bellísima Daisy Fay, un chica rica y caprichosa de 20 años. Tienen un breve romance y él debe irse a Europa. Cuando vuelve se entera de que Daisy se ha casado con un hombre también joven y rico, Tom Buchanan, que tiene una casa en Long Island frente a la bahía. Gatsby se enriquece de alguna manera entre misteriosa y obvia, reúne una fortuna colosal, se compra un palacio enfrente de la casa de Daisy y Buchanan laguna de por medio, y da fiestas colosales, infinitas, a las que concurre medio mundo y donde se bebe todo el tiempo champagne, se baila jazz y se intercambian parejas con naturalidad. Pero el único objetivo de Gatsby es recuperar a Daisy.
Hasta que un día aparece en una casa vecina Nick Carraway, otro hombre de pasado tan cierto como incierto, y a través de él Gatsby llegará a Daisy. A partir de allí queda configurado un enredo de romances que incluye a todos y además a Jordan Baker, que se enamora de Nick, a George Wilson que tiene un miserable taller mecánico, y a Myrtle Wilson, mujer de Wilson que es la amante de Tom Buchanan.
Bien. Una de las cosas que hay que decir es que es este tejido el que arma y sostiene el final de la novela y que el final de la novela es el núcleo y el objetivo del libro de Fitzgerald. Todo en esta historia está pensado para que ese final sea posible.
Otro recurso: Nick Carraway es quien cuenta la historia en primera persona. Es decir, todo lo que él puede contar es porque se lo han contado o porque lo ha vivido. Por eso depende de tantas revelaciones como algunos personajes le irán haciendo. Y lo que hará Carraway es contar los hechos y sus interpretaciones en una línea no cronológica sino alternando tiempos según le convenga a la estructura toda del relato. Como si se dijera: para obtener tal efecto o para llegar a tal punto este hecho hay que contarlo después (o antes, según) de tal otro.
Con otras palabras: la pericia con que a sus 29 años Fitzgerald construye el punto de vista desde el que se cuenta "El gran Gatsby" empieza pero sobre todo termina por deslumbrar. Un solo ejemplo: hay que pasar el primer cuarto de la novela, unas 50 páginas sobre un total de 200, para que aparezca el propio Gatsby y no sólo las historias posibles o delirantes que circulan sobre él.
Después, y siempre, está la tragedia. Sus leyes y el cumplimiento de sus leyes son los pivotes que harán que un final inverosímil se vuelva absolutamente aceptable y más: en el único final posible, el mejor para que la historia se inscriba en la tragedia y no en el folletín (http://es.wikipedia.org/wiki/Tragedia).
Y recorriendo todo este entramado de romances, traiciones, celos, mentiras, frivolidad, hastío, glamour, soledad y angustia se encuentra el instinto, por no decir la intuición, para apresar en cada palabra, en cada escena, en cada giro el espíritu de su época. "El gran Gatsby" es la historia de la era del jazz, los locos años veinte, The Roaring Twenties y así, y es la historia de un segmento social entregado a los fastos de la opulencia, entre 1922 y 1929, que incluían tirar la casa por la ventana y desparramar irresponsabilidad y glamour. Como si todo fuera posible.
Pero no todo es posible.
Y Gatsby pagará ese precio, y al pagarlo rescatará su figura del melodrama y la inconsistencia para convertirse en el más desamparado de los héroes trágicos de la novela estadounidense del siglo XX.
65. De allá para acá
Hacia fines de 2012 y principios de 2013 intentamos abrir un nuevo blog con el título de Buenos Aires Express. Llegamos a 11 entradas pero con un transcurso a la deriva que no encontró rumbo firme. Quedó entonces ahí, en esas 11 entradas, y abrimos el triunfal Vida Real 3.0 (VidaRealTresPuntoCero.blogspot.com.ar).
Hoy, en pleno desguace de aquellas entradas resolvimos rescatar tres que encajan con soltura aquí: son Vivir en el agua, Suicidios en la luna y Gatsby, cuyo interés ante el próximo estreno de la cuarta adaptación cinematográfica con Leonardo DiCaprio y Carey Mulligan dirigidos por Baz Luhrman se multiplica, como se multiplica la trascendencia de la excelente novela de Francis Scott Fitzgerald.
Hoy, en pleno desguace de aquellas entradas resolvimos rescatar tres que encajan con soltura aquí: son Vivir en el agua, Suicidios en la luna y Gatsby, cuyo interés ante el próximo estreno de la cuarta adaptación cinematográfica con Leonardo DiCaprio y Carey Mulligan dirigidos por Baz Luhrman se multiplica, como se multiplica la trascendencia de la excelente novela de Francis Scott Fitzgerald.
64. Hermann VI
Pero además quiere hacer una aclaración, Sivori, o, para ser más exactos: una ampliación: En su película, La invención de Morel, no sólo no trabajará Darín en el papel de Morel, tampoco trabajará Leonardo Sbaraglia como el fugitivo ni como nada: ninguno de los dos, porque considera, Sivori, que Darín y Sbaraglia trabajan en esas películas semi progres de las que todo el mundo, a priori, dice "Seguro que es buena".
Florencia no dice nada porque está tratando de convencer a Sivori de que la isla que hay que elegir para el rodaje no tiene que estar demasiado lejos de Buenos Aires y si ahora se engancha en la discusión de los protagonistas no van a terminar ni a las mil y quinientas.
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Anexo
Lo primero que hay que corregir es que la Resolución por la que se declaró Sitio de Interés Cultural a Hermann es del 24 de julio de 2000, lo que hace que el jefe de gobierno de la CABA haya sido, por muy pocos días, Enrique Olivera, un político de esos que no dejan marcas indelebles. Ibarra asumió el 7 de agosto y él sí dejó recuerdos de todo tipo.
En lo que hace al incendio es poco lo que se ha podido avanzar. Pero quizás debería situarse entre el fin de la mueblería que existió en esa esquina hasta 1925, se dice, y la posterior El Sol, Confitería y Bar, puesto que en esos años podría situarse la construcción del nuevo edificio realizado por los arquitectos Pibernat y Loizaga (ex Edificio Crítica, Edificio Libertador, y otros).
No está claro entonces en qué año exactamente, a principio de los '40, el propietario de la esquina de Santa Fe y Armenia se la alquiló a un tal Hermann, que le puso su nombre a un restaurante inspirado en los bares de Munich. Después lo compró un tal Rastatar, más tarde Seoane, y por fin, en 1966, los actuales dueños y socios encabezados por Manolo.
Por ahora, es lo que hay.
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