70. Vivir en el agua
Venecia, quizás sin solución y cada día con menos habitantes, va rumbo a convertirse sólo en un destino turístico o en una especie de parque temático monumental. La ciudad más hermosa del mundo tiene anclados sus atractivos en muchos puntos. Es una ciudad inventada de la nada hace 1600 años por pueblos que huían de las invasiones bárbaras. Son 118 islas unidas por 455 puentes y una política rigurosa de preservación del patrimonio histórico la mantiene tal cual desde hace por lo menos 500 años. Célebre por su arquitectura que reúne todos los estilos, incluída la construcción obligada y espontánea que tiene su principal expresión en el Ghetto, y por su pintura, Venecia es reconocida desde 1987 como Herencia Cultural de la Humanidad por la Unesco.
El vínculo, el romance de Venecia con el agua es legendario. En medio de una laguna en el Adriático y atravesada por innumerables canales el hecho de que sólo se pueda caminar por ella o trasladarse en vaporettos y góndolas la hace única. Venecia se hunde lentamente en el fondo pantanoso y hasta hoy no hay acuerdo sobre la manera de encarar un salvataje. Recibe como mínimo 15 millones de turistas por año pero su población ya era de apenas 60.000 habitantes en 2009 contra los 120.000 de la década del '60. Las vibraciones de los barcos que pasan por la laguna, la humedad que carcome casi todas las plantas bajas de los palacios, la basura, las ratas, las palomas y el exceso de turistas son sus grandes problemas. Tanto que el Acqua Alta (una marea que hace subir el agua pero que es pronosticable y a la que los venecianos están habituados) es casi un motivo más de atracción. La ciudad enamorada del agua vive en el agua y el agua, como en el amor, la castiga.
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