57. Hermann IV


   Pero no, al final no, Sivori no fue al departamento de Florencia Dillon aquella noche, no fue porque la historia de una mujer que lo citaba para hablar con él de otra mujer y que al final lo dejaba plantado, y la historia de David Levin, que también se le aparecía sin previo aviso en Hermann en busca de la misma mujer que la otra mujer, dejó de tener relieves. Más todavía cuando después de la llamada de Florencia era previsible que la otra mujer estaría con ella: o sea, que la otra mujer, la que buscaba la mujer aquella y la que buscaba David Levin, la misma, se llamaba por ejemplo María Lanús, tenía 26 o 27 años, seguramente era una modelo bellísima que acababa de regresar de Moscú después de una producción para Armani y que, de pronto, había desaparecido de la vida de sus seres queridos, por así decirlo, es decir, de la vida de sus amantes, la otra mujer y David Levin, y se había refugiado en la vida de Florencia Dillon...
   Pongamos.
   Así que no, si esa era la historia a contar no es esa de ahora en adelante la historia que va a contar Hermann.
   ¿Qué pasa en Hermann?
   Nada. O nada en particular. Apenas que queda a cuarenta metros de la casa de Sivori, cruzando Armenia, y que él suele almorzar y/o comer con mucha frecuencia, y también encontarse con Florencia para comentar cuestiones de trabajo. Puesto que Florencia desde que volvió de Bruselas, donde tuvo una relación amorosa con otras dos mujeres (esto sí sucedió pero no en Hermann sino en Cine, la última novela del autor de donde el autor tomó los personajes de Sivori y de Florencia), volvió a trabajar como asistente de dirección de Sivori que en este momento está comenzando a trabajar en la adaptación de La invención de Morel, el libro de Bioy Casares, y entre otras cosas se rompe la cabeza en busca del escenario perfecto, que obviamente debería ser una isla, pero ¿dónde? Es fácil pensar en el Delta, pero son islas fluviales, o en la costa del Uruguay, o, se le ha ocurrido un día, de pronto, en una isla de Tierra del Fuego: esta le ha parecido la mejor de las posibilidades por un montón de razones pero entre ellas los escenarios de mares bravíos, tierras escarpadas y absolutamente solitarias.
   Florencia no niega que sea una buena idea pero le dice a Sivori que la producción se encarecerá un montón y qué cuánto tiempo de rodaje imagina él que tendría en Tierra del Fuego, y con cuántos actores, porque La invención de Morel tiene muchos personajes, y Sivori le contesta que la producción está cubierta, que el proyecto no se interrumpirá por cuestiones como esa, y que está pensando que quiere a Julieta Cardinali para el papel de Faustine. Y para Morel... Para Morel no, no está decidido pero nunca, no sabe si es claro, nunca, le dice a Florencia, voy a trabajar con Darín.

*

Anexo

La ficción recorre el camino más visible de todos, el que es capaz de mostrar sus entrañas cuando es allí, en lo más hondo, en lo más íntimo, donde se juegan las ideas para escribir una novela o para realizar una película.

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