Chicago, Estados Unidos, 1928-Santa Ana, Estados Unidos, 1982
Philip K. Dick
El escritor que trazó nuevos caminos y horizontes para la ciencia-ficción escribió más de 40 novelas e innumerables cuentos y relatos. Recibió, incluso en más de una ocasión, todos los premios que señalan las obras de este género, desde el Hugo hasta el Gigamesh pasando por el Locus y el Premio Británico de Ciencia-Ficción.
Su novela “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?” (“Do
Androids Dream of Electric Sheep?”), de 1968, fue llevada al cine por Ridley
Scott con el título de “Blade Runner” y se estrenó en 1982, el año de la muerte
de Dick. Es una de las mejores películas de todos los tiempos y está
protagonizada por Harrison Ford, Rutger Hauer, Sean Young, Daryl Hannah y un elenco de excepción.
*
La diferencia entre
un relato corto y una novela reside en lo siguiente: un relato corto puede
tratar de un crimen; una novela trata del criminal, y los hechos derivan de una
estructura psicológica que, si el escritor conoce su oficio, habrá descrito previamente.
Por consiguiente, la diferencia entre un relato corto y una novela no es muy
grande; por ejemplo, La larga marcha, de William Styron, se ha publicado ahora
como "novela corta", cuando fue publicada por primera vez en
Discovery como "relato largo". Esto significa que si lo leen en
Discovery están leyendo un relato, pero si compran la edición de bolsillo van a
leer una novela. Con eso basta.
Las novelas cumplen
una condición que no se encuentra en los relatos cortos: el requisito de que el
lector simpatice o se familiarice hasta tal punto con el protagonista que se
sienta impulsado a creer que haría lo mismo en sus circunstancias... o, en el
caso de la narrativa escapista, que le gustaría hacer lo mismo. En un relato no
es necesario crear tal identificación, pues 1) no hay espacio suficiente para
proporcionar tantos datos y 2) como se pone el énfasis en los hechos, y no en
el autor de los mismos, carece realmente de importancia -dentro de unos límites
razonables, por supuesto- quién es el criminal. En un relato, se conoce a los
protagonistas por sus actos; en una novela sucede al revés; se describe a los
personajes y después hacen algo muy personal, derivado de su naturaleza
individual. Podemos afirmar que los sucesos de una novela son únicos, no se
encuentran en otras obras; sin embargo, los mismos hechos acaecen una y otra
vez en los relatos hasta que, por fin, se establece un código cifrado entre el
lector y el autor. No estoy seguro de que esto sea especialmente negativo.
Además, una novela
-en particular una novela de ciencia ficción- crea todo un mundo, aderezado con
toda clase de detalles insignificantes..., insignificantes, quizá, para
describir los personajes de la novela, pero vitales para que el lector complete
su comprensión de todo ese mundo ficticio. En un relato, por otra parte, usted
se siente transportado a otro mundo cuando los melodramas se le vienen encima
desde todas las paredes de la habitación... como describió una vez Ray
Bradbury. Este solo hecho catapulta el relato hacia la ciencia ficción.
Un relato de
ciencia ficción exige una premisa inicial que le desligue por completo de
nuestro mundo actual. Toda buena narrativa ha de llevar a cabo esta ruptura,
tanto en la lectura como en la escritura. Hay que describir un mundo ficticio
totalmente. Sin embargo, un escritor de ciencia ficción se halla sometido a una
presión más intensa que en obras como, por ejemplo, Paul's Case o Big Blonde,
dos variedades de la narrativa general que siempre permanecerán con nosotros.
En los relatos de
ciencia ficción se describen hechos de ciencia ficción; en las novelas de este
tema se describen mundos. Los relatos de esta colección describen cadenas de
acontecimientos. El nudo central de los relatos es una crisis, una situación
límite en la que el autor involucra a sus personajes, hasta tal extremo que no
parece existir solución. Y luego, por lo general, les proporciona una salida.
Sin embargo, los acontecimientos de una novela están tan enraizados en la
personalidad del protagonista que, para sacarlo de sus apuros, debería volver
atrás y reescribir su personaje. Esta necesidad no se encuentra en un relato,
sobre todo cuanto más breves sea (relatos largos como Muerte en Venecia, de
Thomas Mann, o la obra de Styron antes comentada son, en realidad, novelas
cortas). De todo esto se deduce por qué los escritores de ciencia ficción
pueden escribir cuentos pero no novelas, o novelas pero no cuentos; todo puede
ocurrir en un cuento; el autor adapta sus personajes al tema central. El cuento
es mucho menos restrictivo que una novela, en términos de acontecimientos.
Cuando un escritor acomete una novela, ésta empieza poco a poco a encarcelarlo,
a restarle libertad; sus propios personajes se rebelan y hacen lo que les
apetece... no lo que a él le gustaría que hicieran. En ello reside la solidez
de una novela, por una parte, y su debilidad, por otra.
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