221. Evita y Libertad Lamarque

La cabalgata del circo
   Es una leyenda, y como casi todas las leyendas está basada en la realidad y en los puntos oscuros de la realidad. La leyenda cuenta en este caso que en el año 1945 Libertad Lamarque le dio una resonante cachetada a Evita mientras filmaban una escena de La cabalgata del circo dirigida por Mario Soffici en los Estudios San Miguel. Eva tenía 26 años, Libertad Lamarque 37, la película era una especie de comedia dramática salpicada con canciones y protagonizada por la troupe de un circo itinerante.
   Hacía un año y medio aproximadamente que Evita conocía a Perón. Él vivía en un departamento chico en Arenales y Coronel Díaz con María Cecilia Yarbel, una amante adolescente llamada la Piraña que estaba con Perón con el consentimiento de los padres. Pero rápidamente Evita se deshizo de la Piraña y consiguió que echaran también a los padres que eran empleados públicos en Mendoza. “La fleté”, le dijo a Perón. Y Perón se fue al mazo sin chistar.
Los Estudios San Miguel fueron creados en 1937 por el español Miguel Machinandiarena y la sede se instaló en Bella Vista. A finales de 1944 Evita firmó un contrato para protagonizar seis películas, tres en 1945 y tres en 1946. Es sabido también que Perón conocía a Libertad Lamarque desde, por lo menos, el acto en beneficio de los damnificados por el terremoto de San Juan que se realizó en el Luna Park el 22 de enero de 1944 y en el que Evita consiguió sentarse junto al coronel que comenzaba a marcar el destino argentino desde la Secretaría de Trabajo y el Ministerio de Guerra. Algunos testimonios sostienen que la rivalidad por los favores de Perón fue lo que desató la pelea entre las dos mujeres en un escenario de los Estudios San Miguel.
Esa mirada de Evita...
Foto: Annemarie Heinrich
   Sin embargo, como en muchas leyendas, hay más de una versión y en la siguiente los hechos parecen ajustarse mejor a la realidad y a los caracteres: se cuenta que para llegar a los Estudios donde trabajaba, Libertad Lamarque debía viajar todos los días a Bella Vista en tren y continuar a pie desde la estación por calles de tierra o, cuando llovía, de barro. Evita, por su parte, con un papel secundario, llegaba siempre más tarde  y se bajaba, espléndida, de un auto con chofer del Ministerio encabezado por Perón. Hasta que un día la sangre llegó al río y en medio de una discusión Libertad Lamarque le pegó la celebérrima bofetada a Eva.
   Cuenta la leyenda que, contra todo lo previsible, Evita no hizo nada. Sólo se llevó una mano a la mejilla golpeada y sostuvo con frialdad la mirada de Libertad Lamarque. Pero pronto llegarían el 17 de octubre, después las elecciones, en seguida el casamiento de Perón y Eva, y apenas unos meses después de aquel incidente Perón asumiría por primera vez la presidencia de la Argentina. Obviamente, o no, Libertad Lamarque se quedó sin trabajo.
   Entonces, desesperada y sin alternativa, solicitó una entrevista con Evita. Y cuando el encuentro se concretó le pidió autorización para trabajar en el país. Entonces Eva sonrió, se tomó su tiempo, acomodó un pliegue de la falda, levantó la mirada hacia los ojos suplicantes de Libertad Lamarque..., y le dijo: “Pero trabaje, querida, trabaje. ¿Quién se lo impide?” Poco después la cantante rosarina se fue a México.

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