¿Van?
El descubrimiento de una grabación que de inmediato ha pasado a llamarse "El último testamento de George Harrison" viene a revelar en palabras del ex Beatle que tal como se dijo y nunca se creyó Paul McCartney está muerto.
El 9 de noviembre de 1966 a las cinco de la mañana Paul chocó con su Aston Martin en el que iba con una chica y de ese accidente salió destrozado. La chica murió y Paul fue trasladado a un hospital. En este punto las versiones se bifurcan: unas dicen que murió en seguida y otras que la muerte le llegó por fin en 1968. Aquel 9 de noviembre Paul McCartney tenía 24 años.
¿O vienen?
Como sea, casi desde ese mismo día, por imperiosa exigencia del entorno comercial y de los Servicios de Inteligencia británicos, Paul fue reemplazado por un muchacho canadiense, William Campbell, que además era un buen músico con excelente voz, descubierto por los Beatles y por el propio Paul en un concurso de parecidos. Desde entonces John, George y Ringo vivieron mortificados por la exigencia de no revelar la verdad y se encargaron de grabar canciones repletas de alusiones encriptadas, mensajes que también subieron a las tapas de sus discos.
George Harrison dice además en sus declaraciones que John, muchos años después, había dejado trascender que diría públicamente la verdad. Pocos días más tarde fue asesinado. Era el 8 de diciembre de 1980.
A lo largo del tiempo se negó, casi masivamente, que la muerte de Paul fuera cierta. Se trataba de una leyenda del tipo de las llamadas leyendas urbanas. Lo raro es que ahora las palabras de Harrison y un video que investiga los hechos parecen demostrar que la complejidad con que fue construida la noticia o la leyenda la hace más y más verosímil. Esto quiere decir: Paul McCartney no existe desde 1966 o desde 1968. Pero no existe.
No hay mitos sin leyendas. Ciertas o no.
Etcétera
Imágenes sobre la muerte de Paul McCartney: Google
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